El impulso que supuso para la campaña demócrata que el presidente, Joe Biden, renunciara a la reelección y nombrara a la vicepresidenta, Kamala Harris, su sucesora en la candidatura a la presidencia no se ha reflejado solo en las encuestas. La organización Voto Latino, dedicada a impulsar el voto entre los hispanos, ha notado un aumento del 200% el registro de nuevos electores desde que Harris tomó el relevo. Voto Latino afirma haber registrado 112.000 nuevos votantes.
Un 56% son jóvenes de entre 18 y 29 años y tres quintas partes están entre los 18 y los 39 años. Los Estados donde ha habido más actividad han sido Texas, Georgia, Arizona, Carolina del Norte y Florida. Además de los jóvenes, las mujeres han protagonizado una mayor movilización para registrarse. “Este entusiasmo que estamos viendo surgió el 21 de julio, cuando el presidente Biden decidió apartarse y nominar y respaldar a la vicepresidenta Kamala Harris”, afirma Ameer Patel, director de programas de Voto Latino.
Pattel explica que el mes de julio empezó con 39.000 registros nuevos, y solo entre el 21 y el 31 de julio, se produjeron 50.000 nuevos registros, de los que el 70% son mujeres. Para poder comparar las cifras, en julio de 2016, cuando Hillary Clinton fue nominada, registraron 2.252 nuevos votantes, y en 2020, tras la nominación de Joe Biden, llegaron a 25.116. La organización, dedicada a impulsar el voto entre los latinos, se enfocó en llegar a los electores más jóvenes, para lo que utilizó medios digitales, los que más consumen este grupo de población. “Empezamos a dirigirnos a los jóvenes inmediatamente después del anuncio”, explica Patel.
Voto Latino, que públicamente ha dado su apoyo a la candidata demócrata, compara los números con los alcanzados durante las campañas de Barak Obama. A pesar del entusiasmo que la nominación de Harris inyectó en la campaña demócrata al comienzo, la mayoría de los votantes latinos reconocía que no sabían nada de su programa. Según María Teresa Kumar, presidenta de Voto Latino, ya se percibe un cambio, después de que Harris hablara de sus propuestas, como la de proporcionar viviendas asequibles. “Al principio cuando vimos el entusiasmo era como de ´nos gusta, es muy auténtica´, pero ahora empiezan a ver cómo realmente es y les gusta más”, asegura Kumar.
Según sus encuestas, los temas que más interesan a las latinas jóvenes son la economía y los derechos reproductivos. En tercer lugar se sitúa la seguridad y el control de armas.
Los latinos son el grupo demográfico que más ha crecido desde las últimas elecciones y con 36,2 millones de electores suponen el 14% de todos los ciudadanos con derecho a voto en el país. Desde 2020 se han sumado cuatro millones de nuevos votantes: cada 30 segundos un latino cumple 18 años, la edad necesaria para votar. Sin embargo, y a pesar del avance de las últimas semanas, solo hay 26 millones de latinos registrados para votar y solo 16 millones votaron en las elecciones pasadas. Su voto en algunos Estados clave como Arizona, donde alcanzan el 25% de los votantes, y Nevada, donde son el 22%, que acabarán decidiendo el resultado de las elecciones presidenciales, es determinante.
Kumar apunta a la desinformación como uno de los factores que más lastran la participación de los latinos en las urnas. “Y el hecho de que los republicanos dedicaran una semana a hablar de deportaciones, puso a los latinos en pausa”.
Las organizaciones que impulsan el voto reconocen que hay mucho camino por recorrer para que los latinos alcancen el nivel de participación del resto de la población. El suyo es el grupo que más apatía ha mostrado para las elecciones, con la idea de que ninguno de los candidatos refleja sus necesidades. El hecho de que no se sientan representados, la falta de información para registrarse y el recelo a aportar datos personales que en algún momento puedan perjudicarles han sido las principales causas para no hacerlo. En las elecciones de 2020 solo un 61% de los latinos con derecho a voto se registró, en contraste con el 74% de los ciudadanos blancos no hispanos.
Trabas a la participación
A la falta de interés que los latinos puedan tener frente a los comicios hay que sumar las dificultades con que se encuentran en algunos Estados, reacios a permitir el voto a los inmigrantes, aunque sean ciudadanos. Un ejemplo es la identificación que tiene que presentar al registrarse y que en 21 Estados, entre ellos los Estados clave de Georgia y Carolina del Norte, debe ser con foto. La forma de identificación más común es la del permiso de conducir, pero no todos lo poseen. Otra opción es el pasaporte, pero su trámite no es barato y muchos tampoco lo tienen.
Kumar critica los intentos por parte de algunos Estados republicanos de impedir el voto con tácticas como la de Texas de no permitir que los votantes tengan direcciones temporales, lo que, en su opinión, se refiere a las residencias de estudiantes. “Sabemos que hay un esfuerzo de eliminar archivos, no solo de las autoridades estatales, sino también de organizaciones locales. Parte de nuestro esfuerzo es contactar a los votantes antes del día de las elecciones y asegurarnos de que están registrados aunque no hayan votado en las dos pasadas elecciones”, una labor que, según afirma, no estaban preparados para asumir.