En la historia del feminismo mexicano hay nombres imprescindibles, mujeres que abrieron camino en épocas profundamente adversas. Entre ellas destaca Laureana Wright González (1846–1896), escritora, periodista y pensadora que, desde el siglo XIX, desafió el orden patriarcal, la doble moral religiosa y la exclusión sistemática de las mujeres del ámbito público.
Nacida en Taxco, Guerrero, Wright fue una de las primeras mujeres mexicanas en defender de forma pública y articulada la igualdad intelectual y política entre hombres y mujeres, en un país que aún no reconocía ni siquiera el derecho femenino a la educación. Su formación autodidacta y su dominio de varios idiomas le permitieron acceder a corrientes ilustradas que, combinadas con su sensibilidad social, la llevaron a convertirse en una de las primeras feministas liberales de América Latina.
Una voz rebelde en tinta violeta

En 1884, Laureana fundó el periódico Violetas del Anáhuac, una de las primeras publicaciones feministas del país. A través de este medio, convocó a mujeres de distintas regiones a reflexionar sobre su condición, exigir acceso a la educación y oponerse al modelo de feminidad sumisa promovido por la Iglesia y el Estado. En sus páginas denunció la hipocresía de las élites, la desigualdad en las leyes civiles y la invisibilización del talento femenino.
Violetas del Anáhuac no solo fue un medio de comunicación: fue una plataforma política adelantada a su tiempo. Wright lo utilizó para impulsar reformas, criticar el conservadurismo social y abogar por la autonomía de las mujeres. Desde allí escribió uno de sus ensayos más significativos, La mujer mexicana, donde afirma:
“A la mujer se le ha negado el derecho a ser, a pensar, a decidir. No porque le falte capacidad, sino porque le sobran cadenas”.
Pensamiento feminista con raíces guerrerenses
La importancia de Laureana no radica únicamente en sus ideas, sino en su capacidad para articular un pensamiento feminista propio, nacido del contexto mexicano pero influido por debates internacionales. Fue una de las primeras en vincular la opresión de género con la estructura del poder político, económico y religioso. Su propuesta era radical para su época: demandaba educación laica, derechos civiles para las mujeres, y su plena inclusión en la vida pública.
Un homenaje pendiente en su tierra natal
El pasado mes de julio, la diputada local Leticia Castro Ortiz, integrante de la Comisión para la Igualdad de Género del Congreso de Guerrero, presentó una iniciativa para inscribir el nombre de Laureana Wright en el Muro de Honor del Poder Legislativo estatal. Esta distinción se otorga a ciudadanas y ciudadanos ilustres cuyo legado ha marcado la historia del país o del estado.
La propuesta, que fue turnada a la Comisión de Cultura, se encuentra actualmente en análisis legislativo, y podría ser votada en el próximo periodo ordinario de sesiones. De aprobarse, Laureana Wright se convertiría en la primera mujer guerrerense feminista del siglo XIX en recibir ese reconocimiento institucional, casi 130 años después de su muerte.